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Los Riesgos Globales

Autor: Jesús Salvador Ruíz Carvajal/em>

El cambio climático está aumentando la intensidad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos; sin embargo, el progreso en la preparación para tal devastación y el aumento de los costos sigue siendo limitado. Los riesgos globales aumentan, pero también nuestra capacidad de respuesta.

¿Qué se entiende por riesgo global?

Se define como la posibilidad de que ocurra un evento o condición que, si ocurre, afectaría negativamente a una proporción significativa del Producto Interno Bruto (PIB), la población o los recursos naturales del mundo.

¿Qué se entiende por cambio climático?

Es una fuerza estructural que abarca las trayectorias del calentamiento global y las posibles consecuencias para los sistemas de la Tierra, que reflejan las acciones antropogénicas y los cambios ambientales. El cambio climático en la actualidad pone a prueba esa capacidad de adaptación y mitigación sobre el aumento de las temperaturas globales y que están provocando ya problemas serios en varias regiones del planeta.

A inicios de este año, el mundo se encuentra en un telón de fondo de cambio tecnológico que se acelera rápidamente y la incertidumbre económica, ya que el mundo está plagado de un dúo de crisis peligrosas: el clima y el conflicto.

Las consecuencias ya están afectando a miles de millones de personas. El clima extremo, la desinformación generada por la inteligencia artificial (IA), la crisis del costo de vida, los ciberataques y la polarización sociopolítica ya están sobre nosotros.

Cuadro 1. Principales riesgos globales y su porcentaje de avance.

Lugar	Tema	Factor	Porcentaje (%)
1°	Condiciones meteorológicas extremas	Ambiental	66
2°	Desinformación y mala información generada por la inteligencia artificial (IA)	Tecnológico	53
3°	Polarización sociopolítica de la sociedad	Sociedad	46
4°	Crisis por el costo de vida	Sociedad	42
5°	Ciberataques	Tecnológico	39

Las tensiones geopolíticas subyacentes, combinadas con la erupción de hostilidades activas en múltiples regiones, están contribuyendo a un orden global inestable caracterizado por narrativas polarizantes, erosionando la confianza y la inseguridad.

Al mismo tiempo, los países están lidiando con los impactos de los climas extremos que rompen récords, ya que los esfuerzos y los recursos de adaptación al cambio climático no están relacionados con el tipo, la escala y la intensidad de los eventos relacionados con el clima que ya están teniendo lugar.

El mundo se enfrenta a cuatro transformaciones clave que están interconectadas y se refuerzan mutuamente: económica y ambiental, política y geopolítica, tecnológica y social. Juntas estas cuatro transformaciones crean tanto compensaciones como oportunidades para los responsables de la toma de decisiones en el gobierno, los negocios y la sociedad civil.

¿Qué se entiende por aceleración tecnológica?

Es una fuerza estructural que se refiere a los desarrollos tecnológicos permitidos por el crecimiento exponencial de la potencia informática y el análisis. Tiene el potencial de difuminar los límites entre la tecnología y la humanidad, y dar lugar rápidamente a riesgos globales novedosos e impredecibles.

Las presiones sobre el costo de la vida siguen mordiendo en medio de una inflación y tasas de interés persistentemente elevadas y una continua incertidumbre económica en gran parte del mundo.

¿Qué entendemos por el riesgo bajo el radar?

Es un riesgo global en el que una nueva inteligencia, un marcado deterioro, un punto de decisión clave o similar sugieren que la gravedad del riesgo (probabilidad o impacto) está aumentando y/o es más alta de lo indicado por las percepciones del riesgo global.

Principales Riesgos Ambientales Globales

Pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas.
Cambios críticos a los sistemas de la Tierra (punto de flexión del clima).
Eventos meteorológicos extremos.
Escasez de recursos naturales (alimentos y agua).
Desastres naturales no relacionados con el clima.
Contaminación del agua, aire y suelo.

Figura 1: Los avances tecnológicos en la agricultura siguen acelerando.

Fuente: Ruíz, J.

Pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas: Graves consecuencias para el medio ambiente, la humanidad y la actividad económica debido a la destrucción del capital natural como resultado de la extinción o reducción de especies, que abarca tanto los ecosistemas terrestres como marinos.

Cambios críticos a los sistemas de la Tierra (punto de flexión del clima): Cambios a largo plazo, potencialmente irreversibles y autoperpetuados en los sistemas planetarios críticos, como resultado de romper un umbral crítico o "punto de inflexión", a nivel regional o global, que tienen impactos abruptos y graves en la salud del planeta o el bienestar humano. Incluye, pero no se limita a: el aumento del nivel del mar debido al colapso de las capas de hielo; la liberación de carbono por el deshielo del permafrost; y la interrupción de las corrientes oceánicas o atmosféricas.

Eventos meteorológicos extremos: Pérdida de vidas humanas, daño a los ecosistemas, destrucción de propiedades y/o pérdidas financieras debido a fenómenos meteorológicos extremos. Incluye eventos basados en tierra (por ejemplo, incendios forestales), basados en agua (por ejemplo, inundaciones) y eventos atmosféricos y relacionados con la temperatura (por ejemplo, olas de calor), incluidos los exacerbados por el cambio climático.

Figura 2: La energía eólica se presenta como una alternativa sustentable para reducir nuestra dependencia a los combustibles fósiles.

Fuente: Ruíz, J.

Debemos reconocer la magnitud del riesgo, pero mantener el optimismo de que podemos responder y responderemos de forma que evitemos y mitiguemos los peores riesgos. Los fenómenos meteorológicos extremos, el cambio crítico de los sistemas terrestres y la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas son los tres principales riesgos a largo plazo que figuran en el Informe sobre Riesgos Globales en 2024. Están interrelacionados y se refuerzan mutuamente.

Los cambios bruscos e irreversibles de los sistemas terrestres provocan fenómenos meteorológicos más extremos y corren el riesgo de colapsar los ecosistemas que no están bien adaptados a los nuevos climas.

La solución prioritaria es una reducción de las emisiones y la adopción de medidas creíbles por parte de todos los agentes de nuestro sistema económico para acelerar la velocidad y la escala de una transición limpia. Reducir las emisiones humanas es la palanca más rápida para posponer o evitar cambios críticos en los sistemas terrestres.

Una vez alcanzado un punto de inflexión climático, los sistemas naturales de la Tierra refuerzan los cambios, por lo que retrasarlos el mayor tiempo posible dará tiempo a nuestra civilización para desarrollar estrategias adecuadas de adaptación y resiliencia.

He aquí, la segunda prioridad para hacer frente al colapso sistémico derivado del riesgo ambiental; adaptarse eficazmente a los cambios que se avecinan. A medida que sube el nivel del mar, se necesita un ecosistema de soluciones interconectadas para hacer frente a las amenazas a la vida humana, los paisajes y las propiedades.

Las soluciones ya están disponibles. Las innovaciones de los agricultores africanos, experimentados en la gestión de sequías e inundaciones, serán cruciales para la calidad de las cosechas europeas.

La innovación en la gestión de base de la reubicación de las comunidades árticas, que están en primera línea de los riesgos potenciales de catástrofes climáticas, puede aprovecharse para comprender las salvaguardias políticas y los enfoques más eficaces para gestionar estos cambios.

Se puede aprender mucho de las formas, procesos y ecosistemas de la naturaleza que han sobrevivido a cinco extinciones masivas anteriores para crear diseños más regenerativos, lo que se conoce como “biomimetismo”.

Debemos reconocer la magnitud del riesgo, pero mantener el optimismo de que podemos responder y responderemos de forma que evitemos y mitiguemos los perores riesgos. Somos responsables de la posible sexta extinción masiva, pero también estamos en una posición única para responder y evitar sus peores consecuencias.

Escasez de recursos naturales (alimentos y agua): Escasez de suministro de alimentos o agua para uso humano, industrial o ecosistémico. Se manifiesta como inseguridad alimentaria y hídrica a nivel local, regional o mundial como resultado de la sobreexplotación humana y la mala gestión de los recursos naturales críticos, el cambio climático (incluida la sequía, la desertificación) y/o la falta de infraestructura adecuada.

Desastres naturales no relacionados con el clima: Pérdida de vidas humanas, daños a los ecosistemas, destrucción de propiedades y/o pérdidas financieras debido a desastres naturales no relacionados con el clima. Incluye base terrestre (por ejemplo, terremotos, volcanes), basadas en agua (por ejemplo, tsunamis) y extraterrestres (por ejemplo, ataques de asteroides y tormentas geomagnéticas).

Contaminación del agua, aire y suelo: Introducción de materiales nocivos en el aire, el agua y el suelo derivados de la actividad humana, lo que resulta en impactos y pérdida de vidas humanas, pérdidas financieras y/o daños a los ecosistemas. Incluyendo actividades domésticas e industriales y accidentes, derrames de petróleo y contaminación radiactiva.

Conclusiones

El mundo está experimentando múltiples transformaciones estructurales a largo plazo: el aumento de la IA, el cambio climático, un cambio en la distribución geopolítica del poder y las transiciones demográficas. Estas fuerzas estructurales son globales, omnipresentes y cargadas de impulso. En este contexto, los riesgos conocidos y emergentes necesitan preparación y mitigación.

Las estrategias localizadas, los esfuerzos de avance, las acciones colectivas y la coordinación transfronteriza juegan un papel en el tratamiento de estos riesgos.

Las estrategias localizadas, que aprovechan la inversión y la regulación, son fundamentales para reducir el impacto de los riesgos globales, y tanto el sector público como el privado pueden desempeñar un papel clave en la ampliación de los beneficios a todos. Al priorizar el futuro y centrarse en la investigación y el desarrollo innovadores, los esfuerzos de las entidades individuales pueden hacer del mundo un lugar más seguro.

Las acciones de los ciudadanos individuales, las empresas y los países, aunque tal vez insignificantes por sí solas, pueden mover la aguja en la reducción del riesgo global si alcanzan una masa crítica. Por último, la coordinación transfronteriza sigue siendo la única vía viable para los riesgos más críticos para la seguridad humana y la prosperidad.

El clima está cambiando, que estamos haciendo para adaptarnos y/o mitigar estos cambios?

¡A la naturaleza se le domina, respetándola!