Fertilización del Cultivo de Arándano en Chile


 Autor: Dr. Juan Hirzel Campos

El manejo nutricional es uno de los factores de mayor importancia en el cultivo de arándanos. Para el manejo convencional se puede emplear cualquier tipo de fertilizante en dosis y épocas oportunas, en tanto que para el manejo orgánico se deben emplear fuentes de fertilización autorizadas, las cuales deben ser aplicadas en los momentos oportunos de acuerdo a su velocidad de entrega de nutrientes, dado que muchas de estas fuentes como los compost y los abonos verdes necesitan de la actividad biológica del suelo, proceso que ocupa mucho tiempo, para entregar algunos de sus nutrientes como el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el azufre (S). Otros nutrientes, como el potasio (K), el calcio (Ca) y el magnesio (Mg), son entregados de manera más rápida.

Las dosis a aplicar de cada nutriente debe estar relacionada al nivel de rendimiento del huerto y a las propiedades químicas del suelo (análisis de suelo), por lo cual, el programa de fertilización a emplear temporada a temporada debe ser específico en cada huerto (no se puede generalizar una receta para todas las condiciones), dado que la falta o exceso de algún nutriente afectará directamente la productividad del huerto y calidad de la fruta. Por ello, es necesario contar con análisis de suelo (en lo posible cada 2 a 3 años) y análisis foliares (todos los años), con los cuales el diagnóstico nutricional y la recomendación de fertilización para ese huerto serán específicos y se cumplirá el objetivo del productor: mayor rendimiento y calidad = mayor rentabilidad para el cultivo.

Para conocer la importancia de una fertilización balanceada, es necesario conocer las funciones de cada nutriente en el cultivo de arándano, las cuales se señalan a continuación:

Nitrógeno:

  • Mejora el crecimiento vegetativo y vigor de la planta.
  • Aumenta el vigor de brotes.
  • Aumenta el vigor de raíces.
  • Aumenta la producción de flores.
  • Aumenta el crecimiento de frutos
  • Aumenta las reservas para la siguiente temporada (yemas, corona y raíces).

Problemas con los excesos de nitrógeno

  • Exceso de vigor.
  • Mucho sombreamiento (menor entrada de luz).
  • Fruta blanda.
  • Exudación de aminoácidos a través de la fruta en plena cosecha.
  • Mayor ataque de enfermedades y plagas.
  • Mala maduración de madera a entradas de invierno.
  • Mayor incidencia de malezas.

En la Figura 1 se puede observar el estado de un huerto de arándanos variedad O’Neal de 8 Ton/ha de rendimiento fertilizado con exceso de nitrógeno, cuya fotografía fue tomada en invierno. La dosis de nitrógeno aplicada y recomendada anteriormente fue determinada usando método del balance [(demanda–suministro)/eficiencia] y correspondió a 130 kg/ha. Se puede observar el retardo en la entrada en receso, aparición de brotes vegetativos y sobre todo una abundancia de malezas gramíneas de alto tono vegetativo, indicador del exceso de nitrógeno presente en el suelo.

Fósforo:

  • Mejora el crecimiento de raíces.
  • Mejora la floración.
  • Mejora la defensa contra ataque de enfermedades y plagas.
  • Mejora la acumulación de reservas para la siguiente temporada.
Huerto de arándano con exceso de fertilización nitrogenada

Figura 1. El exceso de nitrógeno ocasiona retraso en el receso de las plantas, aparición de brotes vegetativos y abundancia de malezas.

Fuente: Hirzel, 2018.

Problemas con los excesos de fósforo

  • Se puede inducir deficiencias de zinc (Zn) en aquellos suelos con baja concentración de este nutriente.
  • Al usar mulch orgánico (paja, aserrín, corteza u otro) puede generar menor disponibilidad de Nitrógeno (mayor actividad de la biomasa del suelo que fija nutrientes).

Potasio:

  • Mejora el vigor de brotes.
  • Aumenta la eficiencia en el uso del agua y resistencia a condiciones de estrés por falta de agua.
  • Aumenta la resistencia a problemas por exceso de frío invernal.
  • Mejora el calibre de frutos.
  • Aumenta la firmeza de frutos.
  • Mejora el sabor y olor de frutos.
  • Aumenta la resistencia a enfermedades y plagas.
  • Aumenta el rendimiento.

Problemas con los excesos de potasio

  • Se pueden inducir deficiencias de magnesio y calcio.
  • En huertos con inadecuado manejo hídrico (muchas variaciones en el potencial hídrico de la planta durante su ciclo de desarrollo) y suelos con alto contenido de potasio se puede generar partidura de frutos en cosecha.

En la Figura 2 se aprecia un fruto de arándano con partidura, en un suelo con alta concentración de este elemento (1,54 cmol de K/100 gr de suelo = 600 ppm de K), en el cual se aplicó una dosis de K2O mayor a 100 kg/ha.

En la Figura 3 se observan frutos de arándano partidos después de una lluvia, efecto generado por el incremento en la entrada de agua a frutos con alta presión osmótica generada por el uso de altas dosis de K (mayores a 120 kg de K2O/ha como receta general en suelos con alta concentración de K), además de altas dosis de otros nutrientes.

Calcio:

  • Mejora la calidad de las brotes.
  • Mejora la cuaja y el calibre de frutos.
  • Aumenta la firmeza de frutos.
  • Aumenta la resistencia a enfermedades y plagas.
  • Mejora la calidad de postcosecha (menor respiración de frutos).
Fruto partido por exceso de potasio.

Figura 2. El fruto sufre partiduras o rompimiento de su epidermis por el exceso de potasio.

Fuente: Hirzel, 2018.

Problemas con los excesos de calcio

  • Se pueden inducir deficiencias de magnesio y potasio.
  • Excesos de calcio en el suelo pueden generar deficiencias de fósforo, boro, zinc y manganeso.

Magnesio:

  • Aumenta la intensidad en el color verde de las hojas.
  • Induce vigor de brotes (futura madera productiva).
  • Contribuye a aumentar el rendimiento (mayor actividad fotosintética de las hojas).
  • Mejora la acumulación de reservas para la siguiente temporada.

Problemas con los excesos de magnesio

  • Se pueden inducir deficiencias de calcio y potasio.
  • Indirectamente puede inducir mayor incidencia de enfermedades y plagas (estimula una mayor absorción y utilización del nitrógeno).

Azufre:

  • Mejora el desarrollo de brotes y coloración de las hojas.
  • Contribuye a reducir el pH del suelo (acidificación).
  • En aplicación junto al potasio mejoran la firmeza de la fruta.

Problemas con los excesos de azufre

  • En suelos con alta conductividad eléctrica genera un aumento en dicho parámetro pudiendo afectar el desarrollo de las plantas.
  • Aplicado como sulfato en suelos con baja concentración de calcio puede causar una deficiencia de calcio.

Boro:

  • Mejora la cuaja de flores.
  • Aumenta el calibre de frutos.
  • Mejora la acumulación de reservas para la siguiente temporada.
  • Contribuye a una mejor brotación para la siguiente temporada.

Problemas con los excesos de boro

  • La toxicidad por boro (B) genera problemas de salinidad en las plantas dañando hojas y consecuentemente la producción.

Zinc:

  • Mejora la producción de centros de crecimiento.
  • Mejora el enraizamiento de plantas nuevas.
  • Aumenta la cuaja de flores.
  • Mejora el vigor de plantas.
Frutos partidos por exceso de potasio después de una lluvia fuerte.

Figura 3. Frutos con partidura o agrietamiento en su epidermis después de un evento de lluvia, la cual es favorecida por un exceso de fertilización potásica.

Fuente: Hirzel, 2018.

Problemas con los excesos de zinc

  • Puede inducir deficiencias de fósforo en suelos pobres en este nutriente.
  • Puede inducir deficiencias de cobre y hierro.

Cálculo de dosis de nutrientes

Sin análisis de suelo o análisis foliar

La dosis de nutrientes a aplicar para huertos en plena producción se puede determinar de forma simple relacionando el rendimiento a obtener con la necesidad nutricional por cada unidad de rendimiento, según la siguiente fórmula:

La dosis de nutrientes

Ejemplo:

Un productor espera un rendimiento de 12 toneladas por hectárea y no cuenta con análisis de suelo o análisis foliar. Los suelos del lugar son pobres en fósforo y potasio, además tienen muchas malezas gramíneas, lo que indica que es rico en nitrógeno. Determinemos las necesidades de nutrientes utilizando las fórmulas indicadas anteriormente:

  • Dosis de nitrógeno = 12 x 4 = 48 kg/ha (Se usó 4 como factor intermedio y no 5 porque el suelo es rico en nitrógeno).
  • Dosis de fósforo = 12 x 2,5 = 30 kg/ha (Se usó 2,5 y no 1,5, porque es un suelo pobre en fósforo).
  • Dosis de potasio = 12 x 7 = 84 kg/ha (Se usó 7 y no 5, porque es un suelo pobre en potasio).
  • Dosis de calcio = 12 x 1,4 = 17 kg/ha (Se usó 1,4 porque se desconoce su contenido en el suelo).
  • Dosis de magnesio = 12 x 0,7 = 8 kg/ha (Se usó 0,7 porque se desconoce su contenido en el suelo).
  • Dosis de azufre = 12 x 0,7 = 8 kg/ha (Se usó 0,7 porque se desconoce su contenido en el suelo).

Cuadro 1. Factores de dosis de los nutrientes para determinar la fertilización en arándano.

Nutriente

Factor de dosis (kg/Ton)

Nitrógeno

3 a 5

Fósforo

1.5 a 2.5

Potasio

5 a 7

Calcio

1.2 a 1.5

Magnesio

0.6 a 0.8

Azufre

0.6 a 0.8

Conocidas las necesidades anuales de nutrientes del cultivo de arándanos para el rendimiento presentado en este ejemplo, para el manejo convencional se determinan los fertilizantes a emplear, como también la parcialización de ellos en función de las necesidades estacionales de cada nutriente, asociadas a las funciones que cada elemento tiene en la planta (como se señaló en la primera parte de este capítulo).

Con análisis de suelo o análisis foliar

Respecto al diagnóstico nutricional de cada huerto, se pueden emplear análisis de suelo y tejidos. Las ventajas de usar estas herramientas técnicas para diagnosticar el estado nutricional del suelo y las plantas son las siguientes:

  • Fertilización más eficiente y acorde a la realidad de cada huerto (ningún huerto es igual a otro).
  • Ahorro en algunos nutrientes (fertilizantes) y mayor inversión en otros nutrientes que no se encuentran en un nivel suficiente.
  • Aumenta el rendimiento, la vitalidad del huerto y la calidad de la fruta cosechada (mejor posición para comercializar la fruta).

Análisis de suelo. El análisis de suelo se debe realizar previo a la aplicación de las fuentes de fertilización de mayor importancia para el cultivo, como el caso del compost para huertos con manejo orgánico (periodo de otoño a invierno). Para ello se debe colectar una muestra de suelo compuesta (promedio de 20 sub-muestras) desde las zonas de los camellones, a una profundidad que ocupe desde 0 a 30 cm. El sector de suelo a muestrear debe limpiarse en superficie para evitar alteración del resultado por restos de residuos vegetales u otros. Luego se colectan muestras desde 20 puntos dentro del huerto, se depositan paulatinamente en un balde, se mezclan y se obtiene una muestra representativa de más o menos 1 kg de suelo, la cual será llevada al laboratorio. Una vez analizado este suelo, cada nutriente evaluado se presentará en 3 categorías que permitirán ajustar la dosis del nutriente o fuente nutricional a aplicar según se indica en la Figura 4.

  • Por ejemplo, si el análisis de suelo indica que un nutriente se encuentra en un alto nivel o concentración o contenido en el suelo, entonces la dosis del nutriente a aplicar será baja en relación a la recomendación normal. Si el análisis de suelo indica que el nutriente se encuentra en un contenido medio, entonces se aplicará una dosis normal para ese nutriente. En cambio, si el análisis de suelo indica que el nutriente se encuentra en un bajo contenido se deberá aplicar una dosis alta de dicho nutriente para poder conseguir un rendimiento adecuado. Los niveles nutricionales en el suelo para un cultivo de arándanos se presentan en el Cuadro 2.
Clasificación de nutrientes, según su nivel en el suelo.

Figura 4. Posterior al análisis del suelo cada nutriente puede clasificarse en bajo, normal y/o alto para determinar la dosis a aplicar.

Fuente: Hirzel, 2018.

 

Cuadro 2. Propiedades químicas del suelo apropiadas para el cultivo de arándano.

 

Elemento o variable analizada

 

Unidad de medida

Nivel adecuado según textura

Franco arenosa a franco limo arenosa

Franco limosa a franco arcillosa

Materia orgánica

%

Mayor a 2

Mayor a 3

pH (agua 1:2.5)

--

5.0 – 5.8

4.8 – 5.8

Conductividad eléctrica

dS m-1

Menor a 1,5

Menor a 1,5

Capacidad de intercambio catiónico (CIC)

cmol(+) kg-1

8 – 15

15 – 30

Nitrógeno inorgánico

mg kg-1

15 – 30

20 – 40

Nitrógeno mineralizable

mg kg-1

20 – 40

30 – 50

Fósforo Olsen

mg kg-1

Mayor a 10

Mayor a 12

Potasio intercambiable

cmol(+) kg-1

0.3 – 0.5

0.4 – 0.6

Calcio intercambiable

cmol(+) kg-1

4 – 8

4 – 10

Magnesio intercambiable

cmol(+) kg-1

0.8 – 2

1 – 3

Sodio intercambiable

cmol(+) kg-1

Menor a 0.3

Menor a 0.6

Suma de bases

cmol(+) kg-1

5 – 10

6 – 12

Relación de calcio sobre la CIC

%

45 – 55

45 – 55

Relación de magnesio sobre la CIC

%

8 – 12

8 – 12

Relación de potasio sobre la CIC

%

2 – 3

2,5 – 3,5

Azufre

mg kg-1

Mayor a 8

Mayor a 10

Hierro

mg kg-1

4 – 10

5 – 15

Manganeso

mg kg-1

2 – 5

4 – 10

Zinc

mg kg-1

0.8 – 5

1 – 5

Cobre

mg kg-1

0.4 – 1

0.4 – 1

Boro

mg kg-1

0.6 – 15

0.8 – 1.6

 
 

Análisis foliar. El análisis foliar por su parte, es una herramienta de diagnóstico nutricional muy apropiada para ser usada en huertos de desarrollo normal que presenten problemas de rendimiento, calidad de fruta, coloraciones, tamaños y formas anormales en las hojas. Para realizar el análisis foliar se debe tomar una muestra compuesta de hojas recientemente maduras ubicadas en el tercio medio de los brotes del año, entre enero e inicios de febrero. Lo ideal es tomar hojas desde al menos 50 plantas ubicadas en distintas zonas del huerto.

Para aquellos huertos de desarrollo deficiente se debe evaluar de manera integral la causa de los problemas y descartar a aquellos que no sean nutricionales, antes de atribuir el problema al manejo inadecuado de los nutrientes. Por ejemplo, si el problema de crecimiento se debe a la presencia de capas compactadas del suelo, entonces la respuesta normal de la planta será un crecimiento deficiente, y la causa es totalmente ajena a la falta, exceso o desbalance de nutrientes, y será muy probable que el análisis foliar muestre algunos problemas, cuya causa es otra (diagnóstico incorrecto del problema). Si el huerto presenta un desarrollo normal o casi normal, el análisis foliar permitirá mejorar el programa de manejo nutricional en función de lo antes aplicado, con el objetivo de ir ajustando la dosis adecuada para ese huerto en sus condiciones particulares de suelo, clima, manejo y nivel de rendimiento. Los niveles nutricionales en las hojas para un cultivo de arándanos highbush (variedades tradicionales) se presentan en el Cuadro 3.

 

Cuadro 3. Niveles nutricionales adecuados en las hojas de arándano highbush para muestreo de hojas del tercio medio de la ramilla del año, realizado entre fines de enero e inicios de febrero (hemisferio sur).

Nutriente

Unidad de medida

Nivel deficiente

Nivel adecuado

Nivel excesivo

N

%

< 1,2

1,5 – 2,0

> 2,5

P

%

< 0,08

0,08 – 0,2

> 0,6

K

%

< 0,3

0,35 – 0,65

> 1,0

Ca

%

< 0,13

0,4 – 0,8

> 1,0

Mg

%

< 0,08

0,12 – 0,25

> 0,45

Fe

mg kg-1

< 60

60 – 120

> 400

Mn

mg kg-1

< 23

50 – 350

> 450

Zn

mg kg-1

< 8

8 – 30

> 50

Cu

mg kg-1

< 4

4 – 20

> 80

B

mg kg-1

< 20

30 – 70

> 200

Nota: Se debe desarrollar estándar de referencia para variedades nuevas, ya que existen diferencias de concentración de nutrientes en hojas respecto de las variedades tradicionales.

 
 

Suministro de nitrógeno en huertos orgánicos

Para el caso del manejo orgánico se debe considerar que las principales fuentes de nitrógeno empleadas en el manejo orgánico (compost, abonos verdes) no dejan todo el nitrógeno disponible en la misma temporada de aplicación. Los compost en general dejan entre un 15 a 40% del nitrógeno total disponible durante la misma temporada de aplicación, en tanto que los abonos verdes dejan entre un 5 a 20%. El compost y abonos verdes tienen la ventaja que pueden ser elaborados o producidos en el mismo predio, ya sea reciclando materiales vegetales o subproductos animales y/o sembrando praderas o cubiertas vegetales entre las hileras. Otras fuentes nitrogenadas con mayor velocidad en la entrega del nutriente son las harinas de sangre, harina de lupino, el salitre y los guanos rojos, cuyo costo por kilo de producto aplicado es mayor que el de los compost y abonos verdes. A su vez, existen otras alternativas en el mercado de mayor velocidad en la entrega del nitrógeno, cuya decisión de uso estará relacionada al costo de cada producto.

El uso de mulch orgánico (paja, aserrín, corteza, capotillo u otro) genera una reducción del nitrógeno disponible para el huerto (hambre de nitrógeno), que incluso puede restar parte importante del nitrógeno aplicado con el programa de fertilización. Esto puede ser un problema importante del punto de vista nutricional, dado que la falta de nitrógeno en un huerto orgánico de arándano puede limitar el rendimiento, por lo cual, cuando se use mulch orgánico se debe considerar la aplicación adicional de nitrógeno disponible (proporción del nitrógeno total que se hace disponible en la misma temporada de aplicación) a razón de 4 a 5 kg por cada m3 de mulch usado.

Por ejemplo, si un productor aplica 10 m3 de aserrín como mulch, entonces debe realizar una aplicación de nitrógeno adicional a las necesidades calculadas por el cultivo equivalente a 40 a 50 kg de nitrógeno disponible. Si la fuente de nitrógeno es un compost con 60% de materia seca y 1,5% de nitrógeno total, al considerar que sólo un 40% de ese nitrógeno se hace disponible en la misma temporada de aplicación se necesitaría aplicar entre 11 a 14 ton/ha de compost. Para este mismo ejemplo, si las necesidades de nitrógeno disponible del cultivo correspondían a 60 kg por ha, entonces se debe adicionar los 40 o 50 kg/ha que necesitará el mulch de aserrín con lo cual la necesidad total de nitrógeno disponible de este huerto será de 100 a 110 kg de nitrógeno por ha. Se debe considerar además, que los mulch orgánicos tardan entre 2 a 5 años en descomponerse completamente, según sea su origen, por tanto la dosis de nitrógeno considerada como necesaria para lograr una adecuada descomposición del mulch debe ser parcializada en ese número de años.

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Cita correcta de este artículo

Hirzel, C. J. F. 2018. Fertilización del Cultivo de Arándano en Chile. Serie Frutillas. Núm. 23. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 9 p.

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